Cada día podemos experimentar muchos estados emocionales diferentes. Los estados positivos son por supuesto placenteros, y los negativos nos juegan malas pasadas. Aprender a ser conscientes de ellos en cada momento puede ser valioso. Así, en lugar de simplemente dejarnos llevar por la corriente de nuestras emociones, podemos aprender a gestionarlas.
Un estado especialmente útil de reconocer es nuestro estado CRASH. Este estado se caracteriza porque estamos Cerrados, Reactivos, Analíticos, Separados y Hostiles. Lo que nos impide ver la situación de manera equilibrada, gestionar bien nuestro entorno y sentirnos bien.
Los estados CRASH pueden manifestarse de diferente manera en cada uno de nosotros. Su estilo depende mucho de nuestra personalidad y del momento vital en el que estemos. Mi estado CRASH hace que me venga abajo, sintiéndome triste y aislada de los demás. Otras personas explotan, manifestando enfado y frustración.
Saber identificar nuestros propios estados de malestar es importante. Cuando estamos en estado CRASH no somos objetivos y nuestros pensamientos son negativos. Es probable que ese sentimiento de aislamiento no se deba a un rechazo real de los demás, o que la culpa de nuestro enfado no sea totalmente del otro. Estar atentos y darnos cuenta de que hemos entrado en CRASH nos puede ayudar a gestionar la situación: a respirar hondo, a no decir esas palabras feas, a postponer una decisión.
Así que pregúntate: Cuando entro en un estado de bajón emocional, ¿Qué suelo expresar? ¿Cómo me siento? Una vez tengas claro tu patrón, podrás identificarlo, dar un paso atrás y salir de él con más rapidez en tu día a día.
Además, si consigues identificar no sólo cómo se manifiestan estos estados en ti, sino qué cosas los generan, puedes incluso evitarlos. Bueno, yo no siempre lo consigo, pero al menos lo intento.
¿Y tú? ¿Conoces bien tu estado CRASH?
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