¿Cuál es tu Plan B?

¿Llevas mucho tiempo esperando a que algo cambie sin éxito? ¿Estás apegado a un plan A que no sale adelante? ¿Hay algo en tu vida ya no te aporta? 

Un plan B puede ser el primer paso para salir de situaciones que nunca mejorarán. Por ejemplo, puede que lleves mucho tiempo esperando una promoción en el trabajo que no llega; que ese negocio al que tanto cariño le has puesto, empiece a tener beneficios; que esa persona que te gusta empiece a hacerte caso; o que esa relación toxica mejore.  

A veces estamos tan obcecados en el plan A que, incluso haciendo todo lo posible por conseguirlo y  nunca realizarse, no somos capaces ni siquiera de planteamos la posibilidad de una alternativa. Una de las preguntas más poderosas que podemos hacernos es. ¿Y si no lo consigo? ¿Qué pasaría si sigo persiguiendo este objetivo sin éxito?  

Estas preguntas pueden ser como un jarro de agua fría. Nos pueden ayudar a reaccionar y a tomar las riendas de nuestra vida y situación otra vez. Al fin y al cabo, los planes B pueden abrir el camino a cosas maravillosas que ni siquiera considera, a causa de nuestro apego al plan original.  

Por supuesto es bueno tener deseos y perseguir los sueños que tenemos. Pero a veces, cuando estamos en una situación de parálisis, donde eso que deseamos y por lo que hemos trabajado no ocurre, puede ser bueno pausar y replantearnos el rumbo.  

Siempre hay nuevos caminos por explorar que pueden traer muchas cosas positivas, aunque no sean ese sueño específico que teníamos. Es preferible seguir avanzando con nuevos proyectos que seguir paralizados ante expectativas imposibles de alcanzar. 

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