Reticencia, amiga o enemiga?

Reticencia se puede definir como la resistencia a querer hacer algo antes de hacerlo, porque no quieres hacerlo o por que no estás seguro de que es lo correcto. ¡Me encanta el diccionario! Algunas definiciones son muy perspicaces.  

Esto plantea que nuestra reticencia puede ser una oportunidad para tomar la iniciativa y mejorar situaciones de nuestro día a día. La reticencia puede convertirse así en una herramienta para identificar cuando tenemos que hacer algo.  

¿Cuántas cosas haces al día con reticencia? Puedes empezar haciendo una lista de todo lo que haces. 

Levantarte temprano, sacar al perro, asistir a esa reunión del las nueve en punto, hacer las tareas domésticas. Una vez tengas la lista, puedes identificar las que haces con resistencia. 

La reticencia puede ser como una sombra, algo que oscurece lo que hacemos, robándonos energía y disfrute. Pudiendo robarnos la oportunidad de tener un gran día, haciendo las cosas bien y con entusiasmo.  

La reticencia tiene dos componentes, uno que tiene que ver con la actitud y otro con la intuición. Entender qué está detrás de esa resistencia puede ayudarnos a ponernos las pilas. ¿Y cómo lo hacemos? 

Vayamos por pasos:  

Paso 1 – Haz tu lista, de la que ya hemos hablado.  

Paso 2 – Clasifica las tareas en dos grupos: aquellas que tienen ventajas al final; y aquellas que no dejan buen sabor de boca. Por ejemplo, puede que no te apetezca hacer deporte pero te sientes fenomenal después. O que al terminar tarde de trabajar una vez más sientas resentimiento hacia tu jefe.   

Paso 3 – Ahora que has identificado las que si añaden valor o no a tu vida puedes poner el foco en las que no. Empezando a pensar que hacer con ellas. Tienes cuatro opciones:  

  1. No hacer nada, que no es mi opción favorita. 
  1. Aceptarla y dejar de perder energía con la resistencia. 
  1. Abandonarla, si es algo que puedes hacer.   
  1. O cambiarla, tomando acción para mejorar tu situación. A veces, pequeños pasos pueden tener mucho impacto, tener una conversación, establecer límites, pedir ayuda o llegando a un punto de equilibrio. ¡Haz una lista y a por ello! 

Paso 4 – Disfruta de la sensación de hacer cosas que no te apetecen sabiendo que son buenas para ti y acepta las que tienes que hacer sabiendo que has hecho lo que está en tu mano para mejorarlas. De esta manera puedes anticipar las cosas que tienes por delante con menos reticencia, sintiéndote mejor y con más control de tu vida.  

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *