¿Eres un as de la diplomacia en la oficina?

Si no lo eres se puede aprender

https://youtu.be/sRjqo6S75aQ

En nuestro entorno laboral, a veces nos pasamos la vida preparando presentaciones de powerpoint. Nuestro propósito: persuadir a alguien para que acepten una propuesta, a menudo en una reunión importante. Ese alguien puede ser nuestro jefe, equipo, otro departamento o un cliente.  

Trabajamos en nuestra propuesta con esmero, intentando aportar buenas razones para que nos digan que sí. Preparamos argumentos contundentes y bien estructurados. Por fin el gran día llega, puede que con algunos nervios. Al empezar la reunión todo va bien pero de pronto alguien hace una pregunta o comentario que descarrila la presentación.  

¿Te ha pasado esto alguna vez? A mi sí, notando de pronto que el ambiente de la reunión había cambiado y sintiéndome como si estuviera en la jaula de los leones. ¡Uff!  

En muchas ocasiones, antes de que empiece la reunión “el pescado está vendido”. Las reuniones pueden ser un formalismo y el tema haber sido tratado y acordado informalmente antes de que empiece la reunión.  

Puede que a muchos esto les parezca obvio pero yo tardé bastante tiempo en darme cuenta. Una vez que el mensaje aterrizó, tuvo un gran impacto en mi comportamiento y en mi capacidad de sacar adelante iniciativas que iban más allá de mi departamento o control directo.  

La gran mayoría de las cosas que queremos hacer en el trabajo necesitan la colaboración o autorización de otras personas así que el ser capaz de crear consenso es en mi opinión parte de la clave del éxito. 

Un método para hacerlo, sin morir en el intento, tiene cuatro pasos: 

  1. Identifica a las personas clave. Aquellas que tienen el poder del decisión, sus confidentes, personas que piensas pueden estar en contra o a favor. No se trata de llevar a cabo un campaña electoral pero es bueno invertir tiempo y esfuerzo en que las personas clave tengan la oportunidad de sentirse involucrados y evitar las sorpresas. 
  1. Mantén conversaciones individuales con ellas. Plantéales  tu propuesta como un borrador sujeto a cambios que puedan mejorarla una vez considerada su perspectiva. Deja la conversación con la persona más importante hasta el final para poder incluir consideraciones útiles que aparezcan de las demás.  
  1. Adapta tu propuesta. Ten en cuenta aportaciones recibidas, te ayudarán a mejorar el resultado o tus probabilidades de éxito. Es mejor llevar a cabo una iniciativa realista con éxito que fracasar con una propuesta demasiado utópica o poco práctica.  
  1. Presenta e informa. Tras los pasos uno a tres podrás llevar a cabo la presentación o reunión con confianza y con el apoyo de las personas clave. Además podrás así informar al resto de personas afectadas que tengan un menor nivel de influencia. 

Esto es lo que hacen de manera natural algunas personas a los que calificamos cómo que saben gestionar la política en la empresa. Pero el resto de nosotros podemos aprenderlo. ¡A por ello! 

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *